tenia un conejo que cuando lo abrazaba, era sumamente tierno era como tocar una nube en un cielo de marzo, fresco, con olor a cartuchera nueva y pasto recien cortado. Era una nube gorda y mullida, tan calmo, tan sereno y pacifico era abrazarte conejo.
Tenia un conejo que me aguardaba al final del día sentado en dónde termina el arco iris, sonriendo sin decir nada y yo llegaba cansada y angustiada de un día gris, de tormentas contenidas desde antes que el mundo se formara y el conejo caminaba a mi lado y sólo tomaba mi mano y su mano era tan suave, tan sedosa como tocar una felpa o como acostarse en el pasto esponjoso a sólo mirar el cielo y sentir la brisa y la brisa suave siempre me recuerda a vos conejo.
Tenia un conejo que sigue siendo un conejo y lo es y lo sera, pero sus lunares a veces cambian con el tiempo y a veces sus colores rosa y fucsia se esconden bajo estos lunares que se hacen mas oscuros y oh! conejo yo se que vos también a veces estas cansado después de un día gris y también te perdes en una tormenta de arena y luchas en las noches con tus pesadillas y conejo tu suavidad nunca cambia, tu mano suave que agarra la mía siempre es firme y segura, nunca tiembla ni titubea. Conejo mio, solo quiero que sepas que yo también puedo esperarte donde termina el arco iris y también puedo caminar junto a vos tomándote de la mano.
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